domingo, 3 de marzo de 2013

A partir de un artículo de opinión de la LOMCE, voy a determinar en qué dimensiones de la educación puedo ubicarlo



En esta nueva entrada voy a tratar sobre las diferentes dimensiones de la educación: Moral, social, económica y política. La tarea consiste en situar estas dimensiones dentro de un artículo de opinión referido a la nueva ley educativa LOMCE. A continuación aparece todo el artículo y al finalizar este, se encontrará una reflexión sobre el mismo y los distintos aspectos que se encuentren situados en la dimensión a la que pertenecen.
El Gobierno abre un nuevo frente autonómico con la reforma educativa.
En un contexto de grandes recortes presupuestarios, y grandes protestas contra ellos, el Gobierno ha comenzado la tramitación de una reforma educativa que dará a luz en los próximos meses a la séptima ley escolar de la democracia. Mientras el Ejecutivo la defiende como una necesidad imperiosa para levantar un sistema mediocre (con un 26,5% de abandono escolar temprano), es seguro que el proyecto no solo va a soliviantar a una parte de la comunidad educativa que no se cree que vaya a mejorar nada, sino a segregar al alumnado (se adelanta la elección de itinerarios hacia la FP o el bachillerato, y se establecen reválidas al final de la ESO y bachillerato), sino que también está levantando ampollas entre varios Gobiernos de comunidades con lengua cooficial al reducir la parte del temario que ellos deciden: la administración central fijará el 65% de los horarios escolares en comunidades autónomas que tengan lengua cooficial y el 75% para aquellas que no la tengan; actualmente, es el 55% y el 65%, respectivamente. 

La medida, que afectará a todas las asignaturas (lo mismo a Matemáticas que a Historia, Lengua o la nueva Educación Cívica o Constitucional que sustituirá, sin los contenidos más polémicos ya limados por este Gobierno, a la asignatura de Ciudadanía), abre de este modo un nuevo frente para el Gobierno justo cuando más tenso se encuentra el debate sobre el encaje de Cataluña dentro de España, y en el que las elecciones en el País Vasco y en Galicia a la vuelta de la esquina.

El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha vuelto hoy a insistir en que el sistema escolar español no tiene un problema de recursos, rechazando así las críticas por los recortes con cifras de hace tres años -justo antes de que empezaran unos recortes que ya ascienden a más de unos 6.000 millones de euros-, que hablan de un gasto por alumno que supera en un 21% la media OCDE. Ha asegurado Wert que el de la escuela española es un problema de estructura que provoca esa alta cifra de abandono educativo temprano y la falta de alumnos excelentes (3% de los chicos de 15 años frente al 8% de media OCDE según los estándares del examen Pisa). Así, la reforma pretende cambiar eso adelantando la elección de los alumnos hacia la FP, creando un nuevo ciclo de formación profesional dentro la enseñanza obligatoria (FP Básica se llamará), estableciendo evaluaciones externas al final de cada etapa que serán reválidas en la ESO y bachillerato), reduciendo el número de asignaturas para centrarse en las asignaturas instrumentales (lenguas, matemáticas y ciencias) y dando mayor autonomía a los centros.
De esa forma, el Gobierno sostiene que se conseguirá la gran mejora escolar a pesar del contexto de crisis. Idea que han rechazado, incluso, organizaciones tan alejadas de la oposición política al PP como los padres católicos de Concapa que esta semana se han quejado de que antes de acometer ningún cambio es necesario arreglar lo más urgente, es decir, que nadie se quede sin libros de texto ni comedor escolar por falta de recursos tras los recortes en las ayudas para estos conceptos.
El Gobierno vasco, por su parte, ha calificado la reforma de "retrógrada y recentralizadora". Un rechazo que ya expresó el viernes pasado el lehendakari, Patxi López, tras conocer el borrador avanzado por EL PAÍS, y que llevó a su consejera de Educación, Isabel Celaá, a pedir la dimisión del ministro Wert. Ayer la volvió a pedir de forma tajante en un comunicado en el que define la norma como “pura ideología conservadora y recentralizadora” que “supone un atentado contra el autogobierno llevado a cabo por la puerta de atrás y sin ningún ánimo de consenso”.
Wert ha presentado hoy las líneas generales de la reforma después de que su anteproyecto fuera aprobado por el Consejo de Ministros: ahora arranca otro proceso en el que se discutirá con la comunidad educativa y los partidos políticos durante su tramitación en Congreso y en el Senado. Wert ha rechazado la idea de la “recentralización”, pues las competencias en la gestión educativa no se tocan, insiste. Sin embargo, sí ha dicho que existe una “dispersión de contenidos” inmanejable y que es una causa “muy decisiva” de que el sistema no tenga los resultados apetecidos a pesar del aumento de inversión. Es decir, ha vinculado los distintos contenidos a las grandes diferencias de resultados entre comunidades autónomas y a esas diferencias le ha echado al menos una parte de la culpa de que España no dé los resultados escolares que espera y que quiere.
Por eso mismo, ha justificado la necesidad de aumentar esos contenidos comunes para todo el Estado (que se utilizarán, dice el ministro, para incrementar el espacio escolar dedicado a las materias instrumentales) y las evaluaciones externas, iguales para toda España en todas las etapas.
Es cierto, sin duda, que existen notables diferencias entre unas comunidades que están en muy buenos niveles en las pruebas de Pisa (La Rioja o Castilla y León) y otras muy mal (Andalucía o Comunidad Valenciana), pero el hecho es que distintos especialistas han argumentado precisamente que el que haya comunidades que lo hacen tan bien con las mismas reglas de juego quita la razón al Gobierno sobre la necesidad de esta reforma.
Una vez leído el artículo, ahora toca reflexionarlo y situar determinados aspectos dentro de una dimensión. Según lo que dice este artículo a mi me hace pensar y reflexionar y llegar a la conclusión de que una nueva reforma educativa no es lo adecuado en este momento, no va a solucionar los problemas de fracaso escolar ni de que estemos a la cola en educación según lo que dice el informe PISA. 
Analizando el artículo desde el principio, en el primer párrafo, ya puedo llegar a la conclusión de que el artículo se puede situar dentro de una dimensión política, puesto que el nuevo gobierno pretende llevar la ley hacia su terreno y hacia sus ideas políticas y lo que no le gusta de la anterior ley, aprobada por el anterior gobierno socialista, quitarlo para así implantar las mejoras que ellos consideran.
Me remito a lo que decía anteriormente sobre que la ley no va a solucionar nada, debido a varios motivos: 
Primero, hablar sobre la segregación del alumnado, se pretende que con 15 años un alumno acabe su educación obligatoria y decida que camino escoger, de acuerdo en que cada uno debe estudiar lo que le gusta, pero no estoy de acuerdo en que con 15 años una persona puede ya decidir por sí mismo para así crear excelencia se supone, porque ni con 18 se sabe realmente lo que se quiere hacer. Ya para eso está la FP a partir de 16 y el bachiller de 3 ramas distintas para encaminarse por lo que a uno le gusta, osea que por mi parte, ese argumento sobra. Aquí se está aludiendo a la dimensión social, se están obviando los valores y principios que presenta,puesto que la integración escolar se está tratando de limitar. No se está contribuyendo a la igualdad y poniendo en contacto a la sociedad con sus intereses reales, porque se está tratando de evitar que se llegue a la educación superior y así retroceder 30 años atrás en los que solo estudiaban los pudientes.
Segundo, quitando un porcentaje elevado de autonomía a las distintas comunidades autónomas, sobretodo en el caso de las autonomías con lenguas cooficiales, pero también en el caso del resto de autonomías. Además se reducen o incluso se quitan asignaturas para invertir ese tiempo en asignaturas más instrumentales, pero ahí no se dan cuenta que están quitando opciones, gustos para que cada uno se de cuenta realmente por donde debe ir. Acudimos en este caso a la dimensión moral, también se la está tocando negativamente. Se va a producir una auténtica pérdida de valores, ya que se recortan las asignaturas, y por supuesto se está cerrando la puerta a la autonomía de los centros. 
Para finalizar mi reflexión sobre el artículo, cabe aludir a este párrafo del texto "El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha vuelto hoy a insistir en que el sistema escolar español no tiene un problema de recursos, rechazando así las críticas por los recortes con cifras de hace tres años -justo antes de que empezaran unos recortes que ya ascienden a más de unos 6.000 millones de euros-, que hablan de un gasto por alumno que supera en un 21% la media OCDE". En él se está hablando sobre la dimensión económica, el ministro propone la misma inversión que antes por alumno, así que en ese sentido se exculpa de que el problema no reside en los recursos económicos. Y aquí cabe hacerse una pregunta: ¿La inversión en educación es siempre rentable? Pues debería serlo, obviamente un gobierno que invierte tanto por alumno, es que se supone que le interesan sus alumnos, el futuro de los mismos, y los profesionales que se van a crear en este país. ¿Pero y si, no estamos pensando en que quizá los problemas no vengan de una mayor o menor inversión, que eso no sea lo más importante, sí quizá el problema sea un sistema educativo en constante cambio y los recortes que se están haciendo en educación por otra parte? Aquí es donde hay que poner una solución, se cree que el hombre educado produce más y mejor, pues ahí es donde tenemos que invertir sobretodo, en docencia. En crear unos futuros docentes responsables y comprometidos con su trabajo, dispuestos a realizar su función tal y como se debe hacer, dispuestos a implicarse en formar y educar a los futuros profesionales.
BIBLIOGRAFÍA: www.elpaís.com

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